
Sume en mis besos, bocas con sabor a Winston pasado, otras dejaron en mis labios Martini con Limón y algún Kalimotxo de parque puesto de luna corta.
Conté en mis ojos rubias de hoguera, moreno liso y un pelirrojo de peluquería. Narre en mis manos, dedos ligeros y se quedo en mi cuello carmín o sudor de piel trabajado de cama.
Quise dejaros un corazón como recuerdo y mi nombre para vuestra memoria.
Gracias por amarme
PD: Pido indulto por no besar tu paladar, a ti que porteabas pelo breve en aquel Julio cuando el cielo presumía de estrellas y los colibrís dormían en la manigua y el ron cegaba nuestras palabras.