Que ninguna guitarra deje de entonar un “todavía te quiero” (Edu)
Las playas siguen
muertas de olas,
el viento se desvanece,
en campos de espigas.
Y los charcos de lluvia
se llenan de sol de Julio.
Pero, para mí,
la brisa quieta, brota
de la tierra encharcada,
de corales de maíz,
y el cielo fallece de luna,
en el pedazo de beso
que secuestro de tu boca
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