Esta mañana, esa mañana hecha de tiempo y luz, en ese Metro, que mueve Madrid, que traslada a Madrid todos los días ordinarios. Encontré en un rincón de un vagón, aun violinista de rail, de subterráneo, afinando de tristeza notas, dando un tajo al silencio del recorrido, sonaba triste, en unos ojos vencidos de madrugada, en unas manos agarrotadas de vida, en miradas dispersas, distraídas de cristal, algunas parecían que estaban ausentes de todo, como queriendo escapar de ese convoy suburbano de monotonía y quizás del mundo. El violinista se perdió en la estación, dejando una partitura de lunes.
5 comentarios:
Me encantó: Y sí Dios no Existe...
Subes entrada todos los días?
Bueno seguire leyendo un poco mas aqui, se ve interesante.
La del Violín esta para cuentos de Metro. Saludos.
En una mirada hay mil mundos y a veces unas notas nos estremecen y nos alejan de cuanto parecemos ser para llevarnos al lugar al que pertenecemos...
Gracias por tus palabras
La melodía de metro que más me impactó fue en Lisboa, hace casi cinco años, cuando un hombre ciego daba con su bastón en las barras del metro, creando compases para ver el mundo.
Esos viajes de metro o cercanías con la cara pegada a la ventana, y ese olor a lunes... Me parece escuchar el violín ("ese viejo y roto violín...")
Besos
Pues intento escribir todos los dias, dejar constancia de la vida y de la forma en que mis ojos la sienten.
Ojos de Lluvia, mirar es decir, hablar, sentir y el sentimiento nos transporta a amar.
Vaya, como aquel ciego de Saramago, Tilde perdida, su baston queria palpar en mundo.
Pues si Marisa, el violin quito mi cara del cristal y adentro a mi alma en ese violin. Cuando estuve en Praga, entre el silencio de la ciudad y la noche, en un rincon encontre solitario aun violinista tocando, un destello de belleza, que el album de mi vida recogio y cada vez que escucho el sonar de ese instrumento, recuerdo Praga, la noche.
Un Abrazo a tod@s
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