Firmamentos fugaces de media noche,
laderas de cielo,
luces deshechas de ciudad.
Ata mi boca
a tu muelle de carmín,
dame una mordida,
alborotada de amanecer
y esparce
tu léxico excitado,
en mis labios.
Como esos cometas,
que se deslizan
por el anagrama del universo.
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