sábado, 5 de abril de 2008

Al alba de tus colinas



El alba era,
un fogonazo azul,
incendiado en una fogata de Jazmín.
Una arboleda de luz,
que ardía en acantilados de soles.
Una Tea de arco iris
despedazándose en lluvia.
O quizás solo fue, una fuga
de un verso suelto de sol,
soñado desde un rascacielos
de nieve clara,
desde las montañas de tu corazón.

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